POR ALFREDO SANTIAGO H./FORO COATZA
Agua Dulce, Ver.- Hace poco más de quince años doña Rosy inició con la aventura de vender pozol y al día de hoy se puede considerar, tomando en cuenta la opinión de los consumidores, que es el más sabroso y famoso de toda la ciudad.
Rosy Vicente nos recibió muy amablemente en su domicilio, donde también tiene su negocio, en la calle Agua Dulce de la colonia Ampliación Emiliano Zapata. Sitio altamente concurrido por compradores, quienes se llevan la tradicional bebida tabasqueña preparada o ‘en bola’.
Aunque no tiene raíces tabasqueñas, pues su familia proviene del istmo de Tehuantepec, doña Rosy cuenta que alguien le regaló un molino eléctrico con el cual hacía tamalitos y otros guisos para su familia, pero notaba que la gente consumía mucho el pozol y tenía que caminar hasta el mercado para comprarlo.
APRENDIENDO
Su vecina y comadre si sabía prepararlo y le ofreció el molino para que iniciara un negocio, pero luego de quince días esta le devolvió la maquina asegurando que no se vendía nada. Aunque doña Mary se quedó con ‘la espinita’ y le pidió entonces que le enseñara a tostar el cacao, parte esencial para su mezcla con la masa de maíz.
De esta manera comenzó la venta, poco a poco las personas comenzaron a recomendar su producto y los clientes empezaron a llegar, posteriormente comenzó a hacer variaciones, ofreciendo pozol con doble o hasta triple cacao, pozol blanco, además del preparado con cacao o horchata.
Todos los días se levanta desde muy temprano, a las cuatro de la mañana, para cocer el maíz y lavarlo para la elaboración de la masa, así como tostar el cacao, entre otras actividades propias de la preparación, teniendo servicio desde las siete de la mañana hasta las cuatro o cinco de la tarde, cuando se acaba la masa.
UNA REFERENCIA
El pozol de doña Mary se ha vuelto una referencia obligada para quienes gustan de esta bebida, pues llegan de todas las colonias del municipio a comprarle; siendo recibidos en la pequeña casa por un delicioso aroma a cacao tostado.
Vendiendo pozol sacó adelante a sus tres hijos, pues su esposo era obrero y aunque la dejó pensionada al fallecer, no era suficiente para cubrir todos los gastos, por lo cual se dedicó de lleno al negocio que consolidó y que comenzó como una visión o inquietud.
Aunque ahora hay más sitios donde se vende este producto, en bola o preparado, el pozol de doña Mary es inconfundible en cuanto a calidad y sabor, pues su secreto es que cada pedido es elaborado al momento, moliéndose la masa y el cacao necesario para cada solicitud personalizada.