Foro Veracruz |
24 de abril de 2025
En un nuevo episodio de tensiones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo, el gobierno de China desmintió rotundamente este jueves las declaraciones del expresidente estadounidense Donald Trump, quien había asegurado que ambas naciones estaban retomando conversaciones para reducir los aranceles mutuos.
Desde Pekín, voceros del Ministerio de Comercio y del Ministerio de Relaciones Exteriores recalcaron que “no existen negociaciones activas con Estados Unidos respecto a los aranceles” y que cualquier posibilidad de diálogo deberá partir de un marco de respeto mutuo y sin presiones unilaterales.
“Estados Unidos inició esta guerra comercial. Si quieren paz, deben cancelarlo todo primero. Si quieren lucha, también estamos listos”, expresó el portavoz del Ministerio de Comercio, He Yadong, en una conferencia transmitida por medios estatales.
Esta respuesta contundente llega tras el anuncio de nuevos aranceles del 145% impuestos por la administración Trump a productos chinos, lo cual desató una inmediata represalia del gobierno de Xi Jinping: aranceles del 125% a mercancías estadounidenses, restricciones a la exportación de minerales estratégicos y una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En redes sociales, la Embajada de China en Washington publicó un mensaje del portavoz Liu Pengyu:
“Nadie gana en una guerra comercial. La cooperación beneficia a ambos pueblos. Pero no aceptaremos presiones disfrazadas de diálogo.”
Expertos en relaciones internacionales advierten que este choque diplomático podría escalar aún más si no se establecen canales de comunicación efectivos. Por su parte, los mercados globales han comenzado a mostrar signos de volatilidad, especialmente en sectores clave como la tecnología, la energía y los semiconductores.
Hasta ahora, el gobierno estadounidense no ha emitido una nueva declaración formal tras el desmentido chino.
La tensión entre ambas potencias no es nueva, pero este capítulo refuerza la percepción de que la rivalidad comercial entre EE. UU. y China está lejos de concluir. Mientras tanto, el mundo observa con atención las repercusiones económicas y políticas de esta disputa.